Visita Exprés a Auschwitz-Birkenau
[6 de abril de 2005]
Para servir a los visitantes
Gilles Clamens
Profesor de Filosofía (Lycée Maine de Biran, Bergerac)
De Burdeos a Cracovia (Krakow - aeropuerto Juan-Pablo II) se tarda unas tres horas. Luego, una hora y media para la carretera entre Krakow y Oswiecim, por el desvío. En esta carretera muy transitada, donde la urbanización recuerda a las películas de Kieslowski, se puede ver un cartel publicitario para "LEWIATHAN" y retratos de Juan Pablo II bordeados de negro, pegados a las ventanas de casas particulares; todas las banderas nacionales están a media asta.
Siempre importante nodo ferroviario, la moderna estación de Oswiecim está rodeada por un tráfico de trenes inmensos que tiran de vagones de carbón.
AUSCHWITZ-BIRKENAU
La palabra "selección" tiene también un significado escolar. ¿Hay que olvidarlo?
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Numerosos paralelepípedos de ladrillo, a la altura de un hombre o una mujer, están coronados por El conjunto de estas casas bien alineadas está punteado aquí y allá de pequeños miradores de madera montados sobre sus pilotes - algunos con claraboya, otros no; muchos matizan una nota china (pequeñas pagodas) este paisaje cuidado, muy mantenido. |
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Un elemento presente en todas partes de este paisaje, recuerda sin embargo la función de los lugares. Son postes de cemento, alineados hasta donde alcanza la vista sobre una o más filas, tan altos como dos veces un hombre o una mujer, y terminados en forma de culata; están unidos por alambres de púas ellos mismos unidos a postes de cerámica clavados en el hormigón de los postes, a alturas regularmente espaciadas. Más cerca en la parte inferior y superior, menos en el centro, las líneas de alambre de púas aisladas por los postes cerámicos están así listas para una electrificación muy eficaz. |
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Cerca del memorial (donde unos treinta mástiles son bajados como por múltiples fronteras) las ruinas de uno de los edificios de exterminio son como retenidas o levantadas por contrafuertes metálicos pintados en negro, clavados entre ellos en desorden como para impedir in extremis una caída inminente. Así se tiene la impresión de un colapso del que se habría paralizado el movimiento sin que cesara de producirse. Esta misma imagen parece más conmovedora que la gran estratificación de playas de adoquines superada por un caos simbólico (chimenea, cementerio en desorden) del propio monumento - donde uno se detiene para recostarse.
Escuchando los informes de los guías, cruzándose con una cohorte de jóvenes peregrinos judíos portadores o cinturones de la bandera israelí, y bajando los ojos, se puede ver una mariquita, también llamada "bestia a dios". Al levantar los ojos, se ve que los abedules son hermosos, y grandes pinos cambian su corteza negra, abajo, por una corteza pelirroja muy clara, casi anaranjada, arriba.
En el edificio visitado por el último, que intenta hacer ver las "pruebas", se camina sobre un estrecho suelo de grandes baldosas de vidrio cuya translucidez verde como un agua, la colocación sobre postes que lo elevan a pocos centímetros del suelo adoquinado marcado con grandes grietas, y por último la marcha rítmica de los visitantes que se suceden de cerca, hacen pensar en un suelo flotante.