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La figura del enemigo y el proyecto de genocidio
La movilización de la población hutu fue acompañada por una feroz propaganda contra los "enemigos" del régimen habyarimana. Organizada, esta propaganda es transmitida por todos los medios de comunicación existentes: periódicos, radios, televisión, reuniones políticas... Mientras que ninguna rivalidad religiosa, lingüística o territorial separa a la sociedad rwandesa, la referencia a un imaginario de guerra defensiva desde la independencia y el uso permanente de una terminología calumniosa para calificar a los tutsis contribuye a galvanizar las multitudes.
La propagación y repetición de una fraseología denigrante que convierte a los tutsis en insectos nocivos de los que hay que librarse constituye un elemento determinante en el proceso de animalización y matanza de las víctimas, sacrificadas cruelmente y como ganado.
Ya en la década de 1960, la introducción del término
Esta ideología racista, exaltada por los propagandistas, dio lugar a un proyecto genocida y a una planificación de las matanzas en que intervienen diferentes estratos del Estado rwandés. Este plan no se ha consignado en un expediente oficial, pero es evidente a la luz de los acontecimientos confirmados por una serie de documentos archivados.

