Desde principios de los años cincuenta, los antiguos deportados y las familias de desaparecidos expresan el deseo de ver inscrita en el calendario una fecha reservada al recuerdo de la deportación. La ley del 14 de abril de 1954 convierte el último domingo de abril en día de celebración nacional. Primero se rinde homenaje al Memorial de la Shoah y después al Memorial de los mártires de la deportación. La conmemoración termina con el avivamiento de la llama en el Arco del Triunfo.
En colaboración con el Secretario de Estado para Veteranos.