Hoy, 70 años después de la liberación de los campamentos, todo el mundo recuerda las terribles imágenes que los fotógrafos han reproducido. Solo los operadores de cine soviéticos, a lo largo de la reconquista del terreno perdido (1942-1943), luego de la conquista de los países bálticos, de Polonia y de los territorios alemanes orientales (1944-1945) han podido filmar los lugares de las masacres más importantes de civiles que ha conocido Europa en su historia. Las imágenes cinematográficas de este crimen, que el Occidente ha olvidado en su mayor parte, no han sido explotadas desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
¿Cómo y con qué fines fueron filmadas, montadas y proyectadas estas imágenes en la URSS durante la guerra? ¿Por qué los soviéticos minimizaron la especificidad de los judíos entre las víctimas de los abusos nazis?
Los cientos de imágenes mostradas en esta exposición revelan la apertura de las fosas y las huellas de las ejecuciones masivas en Europa del Este (Babi Yar, Kertch, etc.), la liberación de los campos, así como los múltiples juicios y ejecuciones que siguieron a la Liberación. Esta exposición intenta comprender sus usos, y trata de captar cómo la difusión de una parte de ellos ha modelado la representación colectiva de la Segunda Guerra Mundial y del Holocausto.