El 23 de mayo de 1960, a las 16 horas, el primer ministro israelí David Ben Gurion sube a la tribuna del Knesset, el parlamento, para un anuncio tan breve como espectacular. Adolf Eichmann, el criminal nazi, fue capturado unos días antes en Argentina donde se escondía y se encuentra en Jerusalén para ser juzgado. Así comienza uno de los acontecimientos más significativos en la historia del joven Estado de Israel, que adquiere inmediatamente una dimensión mundial.
Después de Nuremberg, después de las purgas que marcaron la salida de la guerra en Europa durante casi una década después de 1945, el juicio Eichmann que se abre el 11 de abril de 1961, marca un nuevo episodio en el juicio de los crímenes nazis.