Rescapada del campo de
Auschwitz-Birkenau, primera presidenta de la Fundación para la Memoria de la Shoah, mujer política con trayectoria ejemplar, ministra de Salud comprometida en la lucha por el aborto y militante por una Europa unida, Simone Veil falleció esta mañana a los 89 años.
Con viva emoción, el Memorial de la Shoah, que inauguró junto a Jacques Chirac en enero de 2005, desea rendirle homenaje.
© Pierre-Emmanuel Weck
Criada en el seno de una familia judía unida, instalada en Francia desde hace muchas generaciones y para la cual la religión no tenía realmente lugar,
Simone transita primero por el campo de Drancy antes de ser deportada con su madre
Retrato de Simone Veil. Francia, alrededor de 1940
Llegada a Auschwitz por el
El 15 de mayo de 1944, el padre de Simone,
Simone tendrá el pelo cortado corto pero no afeitado, una cosa inexplicable, como tantos otros en Auschwitz. Junto con su hermana y su madre, son enviadas al campo de cuarentena donde realizan trabajos de albañilería destinados a prolongar la rampa del ferrocarril hasta las cámaras de gas. Simone se hace amiga de otras mujeres jóvenes, como
«Quería crecer, como todos los jóvenes de mi edad. Pero no se crece en Auschwitz. En la edad de las promesas he perdido muchas ilusiones.»
(Simone Veil, prefacio del Álbum de Auschwitz)
En julio de 1944, con la ayuda de una auxiliar polaca del campo que la encuentra «demasiado bonita para morir aquí», Simone es enviada con su hermana y su madre al campamento anexo de
El 18 de enero de 1945, tras el
Simone va entonces a proteger a su hermana hasta su liberación, el 15 de abril de 1945, por el ejército británico, que no suscitará
Simone y Madeleine Jacob regresan a Francia el 23 de mayo de 1945. Allí encuentran a su hermana Denise, la única sobreviviente de la familia. La cuestión de la memoria se planteará muy rápidamente para Simone.
«La Shoah no se limita a Auschwitz: ha cubierto de sangre todo el continente europeo. Proceso de deshumanización llevado a su fin, inspira una reflexión inagotable sobre la conciencia y la dignidad de los hombres, porque lo peor siempre es posible»
En 1945, Simone Jacob se inscribe en la facultad de derecho y en el Instituto de Ciencias Políticas de París. Allí conoció a Antoine Veil y se casó con él en octubre de 1946. Entra en la magistratura en 1956 como alta funcionaria y será, en 1970, la primera mujer secretaria general del sindicato de la magistratura. En mayo de 1974, es nombrada ministra de Salud en el gobierno de Valéry Giscard d'Estaing. Sola contra todos, legaliza el aborto en 1975 y se convierte en 1979 en la primera mujer en ocupar el cargo de
Figura singular y fuerte de la vida política francesa y europea, ejerce el poder sin nunca desearlo. Se tomó el tiempo para escribir su autobiografía,
Simone Veil en el atrio, el día de la conferencia de prensa sobre el encuentro mundial de los supervivientes judíos del holocausto, en el Mémorial du Martyr Juif Inconnu, Paris IVe, Francia, 16/04/1981
Fiel a lo que considera el deber de los
En los años 80, Simone Veil se convierte en miembro del consejo de administración del
Joseph Burg, Jacques Chirac, Simone Veil y Lucien Finel en el Memorial del Mártir Judío Desconocido, durante la ceremonia de inauguración del Memorial renovado, París IV, 27/03/1992
Durante todos estos años, Simone Veil continúa su lucha:
Considero un deber explicar incansablemente a las jóvenes generaciones, a la opinión pública de nuestros países y a los responsables políticos cómo murieron seis millones de mujeres y hombres, entre ellos un millón y medio de niños, simplemente porque habían nacido judíos (...) Si la Shoah constituye un fenómeno único en la historia de la humanidad, el veneno del racismo, del antisemitismo, del rechazo del otro, del odio no son prerrogativa de ninguna época, cultura ni pueblo. Amenazan en diversos grados y formas, a diario, en todas partes y siempre, tanto en el siglo pasado como en el que se abre. Este mundo es el vuestro. Las cenizas de Auschwitz le sirven de sustrato.»
Mujer de convicciones, mujer de corazón, superviviente del Holocausto, Simone Veil siempre se ha preocupado por la dignidad humana y por el otro. Y si hace falta una palabra para resumir su vida, es la palabra dignidad que elegimos hoy.
Todos nuestros pensamientos están con sus seres queridos y su familia.