Incrustados en una de las paredes de la cripta, seis cofres encierran los volúmenes del «Libro del Recuerdo» en los que están inscritos los nombres de los desaparecidos, preservándolos así del olvido. En estos cofres se encuentran también rollos de pergamino que relatan la martirología de todas las comunidades judías de Europa diezmadas por los nazis.