El internamiento de los nómadas, una historia francesa (1940-1946)

Esta exposición se presentó del 14 de noviembre de 2018 al 17 de marzo de 2019 en el Memorial de la Shoah de París.

La vigilancia de los nómadas en el cambio de siglo

Sin embargo, integrados en los circuitos económicos regionales y transfronterizos desde hace varios siglos, los desplazamientos de los trabajadores itinerantes y estacionales, de los comerciantes ambulantes, de las familias llamadas «bohémiennes», feriantes o nómadas están suscitando poco a poco reprobación y desconfianza.

La estigmatización de esas poblaciones por los poderes públicos tiene sus raíces en la segunda mitad del siglo XIX. La crisis económica de los años 1880, la industrialización y la urbanización trastornan las estructuras y las economías de los mundos rurales y transforman la mirada sobre las familias itinerantes. Los discursos xenófobos sobre la inseguridad de los espacios rurales equiparan a las familias itinerantes francesas con vagabundos asociales y apátridas, portadores de enfermedades, espías y saqueadores del campo. Estas declaraciones encuentran una amplia eco en la prensa y un poderoso enlace político: en 1884, una ley permite a los alcaldes oponerse al estacionamiento de viajeros en el territorio de su municipio.

El 20 de marzo de 1895, el gobierno organiza un primer censo empírico de todos los «nómadas, bohemios y vagabundos» que viven en Francia. El informe de la comisión extraparlamentaria que sigue al censo da el número de «25.000 nómadas en bandas que viajan en remolques» en territorio francés.

En 1907, cuando la cuestión de la seguridad ocupa los debates públicos, el gobierno francés crea las brigadas regionales de policía móvil que están bajo la autoridad de la Sûreté générale. En el mismo período, los parlamentarios se hacen cargo de la cuestión y elaboran un proyecto de ley destinado a establecer una reglamentación de las profesiones itinerantes. El término «nómada» se impone en los debates parlamentarios para reprimir un modo de vida asociado con la vagancia y la delincuencia.

El cuaderno antropométrico y los papeles de control

El cuaderno antropométrico individual de identidad es obligatorio a partir de los 13 años. Incluye una descripción precisa del portador: fotografías de cara y perfil, huellas dactilares y medidas del cuerpo. Tiene como principal objetivo identificar al individuo nómada fijando en el papel su estado civil y los datos biométricos que permiten su identificación. Este documento debe ser visado en cada entrada y en cada salida del territorio de un municipio por la gendarmería, la policía o el alcalde y permite así conocer todos los desplazamientos efectuados.

La emisión de un cuaderno antropométrico implicaba la producción de una nota individual en doble ejemplar conservada en las prefecturas y en los archivos de la Seguridad General, en el Ministerio del Interior. La legislación impone en paralelo el porte de un cuaderno colectivo del que es responsable el jefe de familia. Este documento indica los vínculos de parentesco del grupo familiar, las denuncias, fotografías y huellas dactilares de los niños de 2 a 13 años y debe anotar las menciones de nacimientos, matrimonios y defunciones.

La vigilancia e identificación de los nómadas adquiere así una dimensión colectiva, hereditaria y transgeneracional. La familia, en su conjunto, es el blanco de los poderes públicos: los niños nacidos de padres portadores del cuaderno antropométrico permanecen afiliados a la categoría «nómadas» y no pueden salir sin la autorización de los servicios prefectorales.

La ley del 16 de julio de 1912: la instauración de un régimen de los nómadas

La ley del 16 de julio de 1912 sobre «el ejercicio de las profesiones ambulantes y la circulación de los nómadas» crea tres categorías de itinerantes combinando los criterios de domicilio, nacionalidad y profesión. La reglamentación de las profesiones itinerantes fija estatutos estables (ambulantes, feriantes, nómadas) a individuos que practican en realidad una movilidad intermitente y congela a estas personas en categorías administrativas de las cuales es muy difícil salir. Esta población se encuentra bajo el control del Ministerio del Interior.

Los nómadas en el período de entreguerras

Tras la Primera Guerra Mundial, la vida cotidiana de los nómadas está sometida a un régimen particular de exclusión. La ley de 1912 impone numerosas restricciones y obliga a los titulares de los cuadernos a mantener relaciones cotidianas con la administración, la policía y la gendarmería.

En la década de 1920, muchos municipios dictan decretos que limitan el estacionamiento de los nómadas a 48 horas: se multiplican las señales de prohibición en todo el territorio. Las autoridades policiales se esfuerzan por constituir archivos departamentales y un archivo nacional para registrar la presencia de todos los nómadas en Francia.

En agosto de 1939, el jefe del servicio de los Nómadas en la Seguridad general menciona 36.000 expedientes de Nómadas y una «población flotante» de 150.000 personas.

En vísperas de la segunda guerra mundial, bajo la influencia de las políticas específicas adoptadas en Europa, juristas y expertos policiales franceses sugieren la adopción de medidas más radicales para hacer desaparecer o disolver esta población. Se menciona explícitamente la posibilidad de crear «campos de concentración».

La política alemana hacia los Zigeuner (1933-1940) antes de la ocupación de Francia

Parte integrante de las sociedades alemanas desde finales de la Edad Media, los Zigeuners (Gitanos) suscitan, a finales del siglo XIX, la hostilidad de los poderes públicos y su presencia es percibida como una «plaga». Tras la llegada de los nazis al poder en enero de 1933, la persecución de los gitanos se inscribe en el marco de una política racialecoordada. Todos los grupos familiares identificados en esta categoría son internados en campamentos a las afueras de las grandes ciudades, bajo vigilancia policial, creados por iniciativa de las autoridades municipales, como en Frankfurt, Colonia, Düsseldorf, Hannover o Friburgo. El 8 de diciembre de 1938, Heinrich Himmler, jefe de la policía alemana, promulga un decreto destinado a «combatir la plaga gitana» ordenando el registro de todos los gitanos que viven en Alemania y clasificándolos según los criterios establecidos por el Instituto de investigación para la higiene racial, dirigido por el doctor Robert Ritter

El arresto domiciliario

Desde la entrada en guerra de Francia en septiembre de 1939, los nómadas sufren las consecuencias del «estado de sitio».

En octubre, las autoridades militares prohíben por decreto la circulación de familias nómadas y ambulantes en varios departamentos sensibles y recomiendan el arresto domiciliario o la devolución al interior del territorio. Todos los portadores del cuaderno antropométrico y del cuaderno de identidad foral están amenazados por estas medidas.

El 6 de abril de 1940, un decreto-ley del presidente de la República, Albert Lebrun, extiende la prohibición de circulación de los nómadas en todo el territorio metropolitano durante la guerra.

En opinión del Gobierno, los vagabundos constituyen una amenaza para la seguridad nacional y son posibles espías al servicio del enemigo que deben ser neutralizados mediante medidas preventivas. La elección del municipio de asignación suscita a menudo quejas y protestas por parte de las poblaciones locales.

Inmovilizadas en un perímetro reducido, las familias nómadas ya no pueden ejercer sus diferentes oficios basados en la movilidad, ni vender sus servicios o mercancías a la clientela local. Los nómadas a quienes se les asignó la residencia encontraron muy pronto dificultades económicas.

El internamiento de los nómadas

Internamiento en la zona ocupada: una decisión alemana aplicada por las autoridades francesas

El 4 de octubre de 1940, la administración militar alemana encarga a los prefectos de la zona ocupada que organicen el internamiento de los gitanos en campos atendidos por las autoridades francesas.

Los archivos muestran divergencias y confusiones en la traducción del término Zigeuner. Los prefectos publican decretos prefectorales que intiman a la gendarmería que detenga a los nómadas que se encuentran en su departamento y ya están bajo arresto domiciliario. Sin embargo, a veces las prefecturas se dirigen explícitamente a las familias feriantes que son internadas en los campamentos. Aunque la decisión del internamiento es una iniciativa alemana, las detenciones de familias nómadas o ambulantes son llevadas a cabo por las fuerzas de policía y gendarmería francesas. En un primer momento, los nómadas se reúnen en lugares heterogéneos: una cantera, un castillo abandonado, una fábrica abandonada, un cine, a menudo lejos de los pueblos. Las condiciones de vida son muy precarias: hábitat insalubre, abastecimiento inexistente, vigilancia más o menos estrecha de la gendarmería. Después de la emergencia, las familias son trasladadas a campamentos más grandes y mejor organizados. Las familias se apiñan en barracones de madera o de hormigón, rodeadas de alambre de púas, custodiadas por gendarmes, aduaneros, a veces tropas coloniales, obedientes a un director reclutado entre militares en licencia de armisticio o policías, todo ello bajo la autoridad del prefecto.

A principios de 1941, unas 1.700 personas se reunieron en diez campos de internamiento para nómadas. En el este de Francia, se establecieron campamentos a partir de abril de 1941, como en Arc-et-Senans (Doubs) y en Saint-Maurice-aux-Riches-Hommes (Yonne).

El internamiento de los nómadas en zona libre

Para las familias nómadas que se trasladan a la zona libre antes de la guerra, el arresto domiciliario sigue siendo la norma. La gran mayoría de los nómadas internados enzone libre vienen de los espacios alsacianos y mosellanos. Expulsados por los alemanes en julio de 1940, estos refugiados nómadas, en su mayoría de nacionalidad francesa, son internados, al igual que las familias judías expulsadas y los miles de extranjeros que huyen del avance alemán. Los dos únicos campamentos reservados a los nómadas en zona libre son creados por el régimen de Vichy: se trata de Lannemezan (Hautes-Pyrénées) y Saliers (Bouches-du-Rhône).

Deportaciones a Alemania desde Francia

Durante la guerra, la política nazi hacia los gitanos se radicaliza y conduce a la deportación y al asesinato en masa, especialmente en el Reich, en Europa del Este y en los Balcanes. El número de víctimas del genocidio de los romaníes y sinti en Europa se estima en más de 200.000 personas. Durante la ocupación en Francia, estas persecuciones no se aplican en la zona ocupada donde las autoridades alemanas delegan a los franceses la aplicación del internamiento. Sin embargo, algunos nómadas conocen la deportación desde el campo de Poitiers (Viena) en el marco de una operación de represión.

El convoy Z del 15 de enero de 1944

El Norte y el Pas-de-Calais, adscritos al Alto Mando militar alemán de Bruselas, conocen una situación diferente del resto de Francia. Las familias llamadas «gitanos» no están sometidas a arresto domiciliario ni internadas. Pero el decreto de Auschwitz del 16 de diciembre de 1942, que da la señal de la deportación en masa de todos los gitanos presentes en el Reich, es ampliado el 29 de marzo de 1943 a los gitanos del norte de Francia, de Bélgica y de los Países Bajos. El 15 de enero de 1944, el convoy Z sale de Malinas con destino a Auschwitz-Birkenau. Hay 351 personas identificadas como Zigeuner, de las cuales más del 75% son mujeres y niños menores de 15 años. Entre ellas, 145 franceses, 109 belgas, 20 noruegos y 18 holandeses. Es el único convoy de deportación colectiva de este tipo con destino a Auschwitz-Birkenau procedente de los países ocupados de la Europa del Oeste con el de Westerbork (Países Bajos) partido el 19 de mayo de 1944. Los deportados del convoy Z son internados en Birkenau, en la única sección del campo destinada a familias, el Zigeunerlager, que se transforma en un verdadero morador.

La salida de los campamentos: una liberación inconclusa

El fin del régimen de ocupación y la liberación no significan el fin del internamiento para los nómadas.

En agosto de 1944, el gobierno provisional de la República francesa ordenaba sin embargo la liberación de todos los prisioneros, sin distinción, detenidos por decisión alemana. Pero, en noviembre, el ministro del Interior, Adrien Tixier, aporta algunos matices dirigiendo una circular a los comisarios regionales de la República, donde precisa que los nómadas no serán liberados hasta que cada caso sea estudiado individualmente.

Los últimos internados salen del campo de Saint-Maurice-aux-Riches-Hommes (Yonne) el 18 de diciembre de 1945, de Jargeau (Loiret) el 31 de diciembre de 1945. El mantenimiento de los nómadas en los campos después del verano de 1944 responde a una doble lógica explícitamente formulada por el gobierno provisional. Por un lado, los nómadas siempre son considerados como potenciales enemigos internos. Por consiguiente, se repite el mismo argumento que motivó la decisión del 6 de abril de 1940, justificando así la prórroga del internamiento administrativo. Por otra parte, las autoridades francesas consideran el internamiento de los nómadas como una primera etapa hacia la sedentarización de las familias y ven entonces la oportunidad de poner fin a la itinerancia.

En su liberación, en 1946, el ministro del Interior informa a los prefectos que los nómadas deben estar siempre bajo arresto domiciliario. El último internado es liberado el 1o de junio de 1946 del campo de los Alliers, cerca de Angoulême. Todas las formas de control asociadas a la ley de 1912 y al cuaderno antropométrico de identidad se reanudan bajo los gobiernos sucesivos sin ninguna modificación hasta 1969.

Balance: abandono, supervivencia, discriminaciones

De 1940 a 1946, cerca de 6.700 personas fueron internadas en Francia porque las autoridades francesas las identificaron como nómadas. Durante las detenciones, los nómadas perdieron todo: caballos, remolques, puestos de feria y herramientas de trabajo a veces costosas. El dinero y los bienes nunca serán devueltos. No han recibido ninguna indemnización por estos despojos ni ayuda para salir de los campamentos. Algunas familias se encuentran sumidas en la pobreza extrema y vuelven a encontrarse con la hostilidad de las poblaciones locales.

Después de la guerra, un número reducido de antiguos internados cumplen las formalidades que les permiten acceder al estatuto de «internado político», único estatuto que permite hacer reconocer una invalidez consecutiva a los años de privación y así percibir una pensión. Por otra parte, si los nómadas fueron internados en campamentos franceses no fue en razón de sus actividades políticas sino porque pertenecían, a juicio de las autoridades alemanas, a un grupo designado según los principios de una discriminación racial.

El régimen de los nómadas es sustituido el 3 de enero de 1969 por el de los «nómadas». Los cuadernos antropométricos dan paso a cuadernos y cuadernos de circulación. Este nuevo dispositivo, menos vinculante, es igualmente discriminatorio desde el punto de vista jurídico. Por otra parte, el Consejo Constitucional reconoce tardíamente que el cuaderno es contrario a los principios de la Constitución. Varias acciones judiciales llevan a la supresión del carnet de circulación en 2012.

El 27 de enero de 2017, la ley de 1969 queda totalmente derogada y se suprimen los títulos de circulación así como la obligación de poseer un municipio de afiliación. Los Viajeros integran el derecho común, pero su modo de vida se ve obstaculizado por las políticas públicas que respetan la libertad de circulación pero restringen la posibilidad de estacionar y no reconocen el hábitat en caravana como vivienda. La suerte reservada a los nómadas durante la Segunda Guerra Mundial no entró en el campo historiográfico francés hasta finales de los años 80.

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Comité científico

Marie-Christine Hubert, historiadora y archivista
Emmanuel Filhol, profesor investigador en la Universidad de Burdeos 1
Monique Heddebaut, historiadora y presidenta de la sociedad histórica de Flines-les-Raches
Théophile Leroy, profesor de historia-geografía
Ilsen About, investigador en el CNRS, Centre Georges Simmel, EHESS
Jerome Bonin, presidente del Mémorial des Nomades de France
Alexandre Doulut, historiador, doctorando en la universidad de París 1

Coordinación científica: 

Théophile Leroy, profesor de historia-geografía

Coordinación/ investigación iconográfica:

Sophie Nagiscarde, Memorial de la Shoah
Bruna Lo Biundo y Sandra Nagel, Past/Not Past.

Diseño gráfico y escenografía:
Eric and Marie

Cartografía :
Fabrice Le Goff